
DOM. 30 MAYO A PARTIR DE LAS 19:00H. ROCK´N´ROLL CALLEJERO…
DOM. 30 MAYO A PARTIR DE LAS 19:00H. ROCK´N´ROLL CALLEJERO…
El Ayuntamiento de Barcelona dejó de tramitar licencias para la apertura de nuevos clubs de fumadores de cannabis. Al menos por ahora, de una manera provisional, desde hace poco tiempo…
Preguntadas sobre las vicisitudes de unos vecinos del barrio de Pedralbes que no quieren que un establecimiento de este tipo abra en los bajos de su finca, fuentes municipales respondieron que el Consistorio “está a la espera de una resolución judicial que determine cuáles son sus competencias en lo que se refiere a este tipo de clubes a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo contra la normativa municipal que regulaba su apertura y que permitía, por ejemplo, que abrieran clubs como el de Pedralbes”.
Las fuentes no entran en detalles sobre esta suspensión, pero añaden que los servicios jurídicos del Ayuntamiento ya recurrieron la sentencia del Tribunal Supremo, una sentencia que data de noviembre, y que por ahora se ha abierto un paréntesis. “Y, hasta que no se resuelva este recurso, los últimos días el Consistorio no está otorgando nuevas licencias y, además, está intensificando las correspondientes inspecciones”. El Tribunal Supremo entiende que las competencias para autorizar la apertura de este tipo de establecimientos son estatales, y en ningún caso municipales. Esta interpretación viene a coincidir con la del Tribunal Constitucional, que años atrás declaró inconstitucionales normativas aprobadas en Catalunya y Navarra, y también parte de la del País Vasco, en torno al funcionamiento de las asociaciones de fumadores de cannabis.
Eric Asensio, secretario de la Federació d’Associacions Cannàbiques de Catalunya (CatFac), dice que ya a principios de año el Ayuntamiento de Barcelona comenzó a dificultar la tramitación de licencias para la apertura de nuevos clubes. “Hace pocos años otra sentencia tumbó el plan del Ayuntamiento de San Sebastián que regulaba la apertura de clubs en la ciudad. Era cuestión de tiempo que ocurriera lo mismo en Barcelona. En Catalunya unos 25 municipios elaboraron planes similares, y ya se está dando un efecto dominó. Muchos ayuntamientos están comunicando que sus licencias ya no tienen validez. A pesar de que este modelo que permite un acceso controlado al cannabis es estudiado en todo el mundo, las leyes que lo regulan son insuficientes, y todo queda en manos de los jueces”.Te puede InteresarEl Constitucional avala la regulación de los clubes de cannabis de la Ley vasca
La pandemia también frenó la proliferación de clubs de fumadores de cannabis ilegales en Ciutat Vella, de aquellos que abren sin permiso y se saltan las normas que regulan estos establecimientos. Un paseo revela cómo en estos momentos la actividad de los captadores es muy inferior a la de un año y pico atrás. Hace más de un año que apenas se dejan ver aquellos personajes que se apostan en cualquier esquina y ofrecen a todos los transeúntes apuntarse al momento al club en cuestión y hacerse con la cantidad de marihuana que deseen sin tener que aguardar los preceptivos quince días. Este proceder siempre despertó una gran inquietud vecinal. A pesar de que los turistas siempre fueron su principal objetivo, los captadores nunca tuvieron problemas en acercarse a cualquier chaval de regreso del instituto. Pero el distrito de Ciutat Vella no está dispuesto a que la desescalada se traduzca en una nueva proliferación de estas actividades. Los técnicos están intensificando las inspecciones, la Guardia Urbana está investigando cuatro negocios sospechosos. Todo el mundo sabía que la tregua que trajo el virus concluiría antes o después. En los últimos tres años el distrito cerró hasta 67 clubs sin permiso: 33 en el Gòtic, 16 en el Raval, 15 en el Casc Àntic y tres en la Barceloneta. “En el mandato anterior priorizamos la lucha contra los ilegales porque generan grandes problemas de convivencia y malos usos del espacio público –dice el concejal responsable de Ciutat Vella, el común Jordi Rabassa–. En este mandato seguimos con la misma política. Aunque el confinamiento y la bajada del turismo cambiaron las dinámicas del distrito, no bajamos la guardia y seguimos trabajando para evitar la proliferación de este tipo de establecimientos.
Ahora, con el retorno de los turistas a la ciudad, queremos tener los deberes hechos e intentar evitar determinadas dinámicas que hemos visto en el pasado”.
El plan urbanístico del Ayuntamiento de Barcelona que establece dónde pueden abrirse estos establecimientos data del 2016. Pero, según detalla el secretario de la CatFac, los primeros clubs de fumadores de cannabis que se instalaron en la ciudad lo hicieron en los años 90. El fenómeno, sin embargo, apenas llamó la atención hasta el 2011. Desde entonces, y hasta este año, entraron en funcionamiento en Barcelona hasta 218 clubs. Lo que nadie sabe es cuántos de ellos cerraron. No hay ningún registro. En todo caso su crecimiento siempre fue muy regular, un crecimiento acompañado de tanto en tanto de problemas de convivencia. El año pasado, a pesar de la pandemia, abrieron 21, y el año anterior 24.Te puede InteresarLa Audiencia de Cantabria condena a dos miembros de una asociación cannábica por cultivo de marihuana
Estos establecimientos nacen gracias a las posibilidades legales que permiten el cultivo de cannabis para consumo propio. Una persona puede tener su propia planta para abastecerse, dos personas también… y varias pueden ser copropietarias de un cultivo. Ahí está el vacío legal. Los socios ni compran ni venden, sino que sufragan los gastos de su cultivo. Todo ello sin ánimo de lucro. El lucro es sinónimo de narcotráfico. Y en esta fina línea funcionan estas asociaciones, en verdad en un limbo legal y administrativo, unas de un modo estricto, y otras como tapaderas de inversores que lo que de veras pretenden es ganar dinero. Antes de la pandemia, Barcelona ya era conocida como la Amsterdam del Mediterráneo.
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El desarrollo del cannabis en Bolivia está lejos de arrancar, sin embargo, un colectivo logró que una niña con epilepsia pueda tratarse con aceite.
No hay todavía una regulación específica en materia de cannabis en Bolivia. Ni siquiera existen proyectos parlamentarios o políticos que hayan avanzado en ese sentido.
Pero lo que sí hay son bolivianos y bolivianas que consumen cannabis, y también hay pacientes que necesitan de la hierba para poder vivir mejor.
Es el caso de una niña que sufre epilepsia y que, gracias a la gestión del colectivo Acción Andina de Bolivia, ahora tendrá una mejor vida.
Así lo informa el periódico Los Tiempos de ese país, al dar cuenta de la decisión tomada por el Estado para esta niña con epilepsia.
“Acción Andina–Bolivia ha presentado la primera solicitud de uso de cannabis medicinal, para un paciente menor de edad, a quien el aceite de cannabis le reduce en un 60 por ciento los espasmos diarios”.
“La respuesta del Estado ha sido positiva”, señala la publicación del 2 de mayo del colectivo.
El camino no fue fácil porque aún está vigente la Ley 1.008, que penaliza el uso del cannabis.
No obstante, la Ley 913 de Sustancias Controladas abre la oportunidad de utilizar la marihuana con fines medicinales, pero aún falta su reglamentación.
Asimismo, en diciembre de 2020, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció oficialmente las propiedades terapéuticas de esta planta y su resina.
Y las retiró de la lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, un espacio reservado para las sustancias más perjudiciales y sin potencial médico reconocido.
Sin embargo, aún se mantiene incluida en la lista I, que agrupa a las sustancias muy adictivas y de probable uso indebido.
No hay en Bolivia una reglamentación acorde al uso de cannabis en casos de personas que sufren epilepsia o alguna otra dolencia.
Y, claro, menos la hay para usar la hierba con fines lúdicos.
“Como no hay regulación, los pacientes elaboran sus propios aceites, o los compran a otras personas que elaboran en forma artesanal”.
“O si compran fármacos de cannabis de compañías farmacéuticas estos son de contrabando y están en el mercado negro”.
“Esa es la realidad en Bolivia, mientras no haya una regulación del cannabis medicinal”, explica la coordinadora de Acción Andina Boliviana y especialista en política de drogas, Gloria Rose Achá.
La mujer prefiere evitar dar detalles, por ahora, sobre el procedimiento para la autorización que se logró para esta niña.
Sin embargo, pudo saberse qué utiliza el aceite de cannabis que le aminora sus convulsiones por la epilepsia.
La organización refirió los varios estudios científicos realizados en el mundo sobre los beneficios del cannabis medicinal en niños y niñas con enfermedades neurológicas.
Entre ellos, el del Centro Médico Wolfso y el Centro Médico Tikum Olan, en Israel, publicado en 2017.
El mismo demostró que el uso medicinal de derivados del cannabis ayuda a niños con parálisis cerebral, reduciendo sus síntomas y mejorando sus habilidades motoras.
“Si usted le pregunta esto a un médico en Bolivia no tendrá mucha información porque la falta de regulación impide que haya formación, cursos”, señala Rosé Acha.
Sin embargo, agrega que mucha gente que padece alguna enfermedad grave, crónica o incurable ya se beneficia de las bondades de esta planta.
Y menciona las personas que sufren esclerosis múltiple, varios tipos de cáncer, glaucoma, artritis, diferentes tipos de epilepsia, Párkinson, Alzheimer, parálisis cerebral y síndrome de Tourette.
También fibromialgia, enfermedad de Crohn, VIH/SIDA, dependencia a químicos, autismo, psoriasis y quienes sufren de dolor crónico.
El artículo 18 de la ley 913 de Bolivia indica que las personas naturales o jurídicas, deben registrarse y solicitar autorización previa para la importación, exportación, comercialización o producción de sustancias controladas de uso medicinal.
La instancia competente para hacerlo es el Ministerio de Salud.
Y deben ser sustancias consignadas en las Listas I, II, III y IV del Anexo de la Ley, autorización que será otorgada mediante Resolución Administrativa de Licencia Previa.
La legalización está bien lejos.
En marzo de 2020 se supo que el Comité de Lucha contra el Narcotráfico de la Cámara de Diputados junto con organizaciones sociales trabajaron un borrador de proyecto de ley para legalizar el cannabis con fines medicinales.
Ya sea para epilepsias como para otras afecciones.
Pero la iniciativa quedó paralizada debido a los conflictos poselectorales de 2019 y el cambio de gobierno.
“Se vino trabajando en el proyecto de ley de uso medicinal del cannabis, del aceite de la marihuana”.
“Entonces tenemos ya un borrador que se ha trabajado con algunas organizaciones sociales que están utilizando este componente como medicina”, explicó la entonces secretaria del Comité, Brígida Quiroga, en una entrevista con Página Siete.
El borrador del proyecto, añadió Quiroga, fue consultado con especialistas que trabajan en el uso del aceite de cannabis para aliviar dolencias.
“No es que no se usa en Bolivia. Hay casos ya de gente que se ha tratado con este aceite y que se ha beneficiado de manera muy grande”.
“Hay casos en Cochabamba y aquí en La Paz. No son sólo usuarios, sino profesionales que están acompañando ya la aplicación de este aceite con muy buenos resultados”.
En nuestro post sobre cocina cannábica de hoy, te enseñaremos a hacer unos deliciosos ñoquis cannábicos. Es una manera diferente de consumir cannabis ingerido huyendo de las típicas recetas de galletas o bizcochos.
Los ñoquis o “gnocchi” en italiano, es un tipo de pasta muy típico de la comida tradicional de Italia. Se trata de una receta humilde que tiene sus orígenes hace casi dos siglos.
Fue una época en la que los señores feudales decidieron subir los impuestos para el uso de los molinos de su propiedad. Esto elevó el precio de la harina, por lo que los campesinos decidieron sustituirla por puré de patata.
Su traducción al español es bollo o pelotita, no hace falta decir que en referencia a su pequeña forma de canica. Sus ingredientes básicos son patata, harina, yema de huevo y sal.
Pero admite muchísimos otros ingredientes como espinacas, plátano o queso ricotta. Generalmente se usa como acompañamiento de cremas de queso o salsa de tomate.
Puesto que los ingredientes de los ñoquis no admiten ingredientes grasos pues se endurecerían en exceso, hemos optado por añadir el cannabis a una deliciosa y sencilla salsa de nata, beicon y queso.
Puedes fácilmente sustituir los el beicon y queso de la salsa por otros más a tu gusto. Por ejemplo gambas, anchoas, setas, carne picada…
Hacer las dos elaboraciones a la vez no será demasiado complicado y nos ahorrará bastante tiempo. Siempre puedes optar por hacer una y después la otra. En este caso te sugerimos comenzar por los ñoquis.
Por un lado lavamos bien las patatas y las ponemos a cocer enteras y con piel, ya que esto hará que la patata no absorba agua durante la cocción. Depende del tamaño de las patatas, pueden tardar unos 15-25 minutos.
Por otro lado en un cazo, añadimos la nata y los cogollos de cannabis. Infusionamos durante unos 30 minutos a 120º. Debemos remover cada poco tiempo para evitar que la nata se nos derrame.
Pasado este tiempo, colamos para retirar la materia vegetal usando un colador muy fino. Y de reservamos mientras seguimos con la elaboración.
Las patatas que ya deberían estar cocidas, las dejamos que se enfríen hasta que podamos pelarlas sin quemarnos. Pero evita que se enfríen completamente.
No deben estar frías del todo en el momento de después amasarlas, ya que será más complicado trabajarlas. Con la ayuda de un pasapuré o un tenedor, haremos un puré de patata homogéneo y sin grumos.
Echamos harina en la superficie donde vayamos a trabajar la masa para que no se pegue. Empezamos haciendo un volcán con el puré de patata, añadiendo en el hueco la yema de huevo batida y una pizca de sal.
A medida que vayamos amasando, iremos añadiendo harina en pequeñas cantidades. La cantidad de harina dependerá de la cantidad de humedad de la patata.
Debe quedar una masa blanda, flexible y que no se pega a los dedos. Tras esto, hacemos una bola con la masa y la dejamos reposar unos 10-20 minutos mientras continuamos ahora con la salsa.
Pica fino el ajo y la cebolla y sofríelo en una sartén. Cuando estén dorados, añade el beicon en pequeños taquitos. Deja que se dore también un poco, a continuación añade la nata cannábica.
Para terminar el queso rallado. Deja a fuego muy suave para que vaya reduciendo el contenido de agua y ganando espesor.
Con la bola de masa hacemos rollitos largos de aproximadamente 1,5 cm de grosor. Y de cada rollito, iremos cortando con un cuchillo porciones de unos 2cm.
Los ñoquis tienen unos característicos surcos que se pueden hacer con un utensilio específico o con un simple tenedor. Ayudará a que después la deliciosa salsa cannábica los impregne mejor.
En una olla añadimos dos litros de agua y 20 gramos de sal, y la ponemos a fuego fuerte. Cuando hierva el agua, vamos echando los ñoquis en tandas pequeñas para que no se peguen.
Al principio veremos como las pequeñas bolitas se al fondo de la olla. Pasados unos momentos comenzarán a flotar. Ése sería su punto exacto de cocción.
Los ñoquis una vez hechos se deben servir inmediatamente. Cuando reposan, la masa se humedece y quedarían excesivamente duros.
Tan sólo te queda añadirles la salsa cannábica que hemos preparado y disfrutar de esta sencilla y tan tradicional receta.
Los ñoquis se pueden congelar antes o después de cocerlos en el caso de que te salgan muchos. Después no hace falta descongelarlos, simplemente hervimos y listo.
Esta receta de ñoquis cannabicos sería para unas 5 personas. La cantidad de marihuana por persona sería de un gramo, una dosis que causará unos buenos efectos.
Como siempre que se ingiere cannabis, por muy ricos que encuentres estos ñoquis cannábicos, sé prudente. Hasta pasada una hora no se apreciarán los efectos.
Una dosis excesiva causará unos efectos en ocasiones desagradables. Pero en todo caso, con un buen descanso o sueño reparador, simplemente desaparecerán.
En nuestro post de cocina cannábica de hoy, te enseñaremos una sencilla receta para hacer una pizza de cannabis para chuparse los dedos.
La pizza es un plato típico de la gastronomía italiana, extendido hoy en día a todo el mundo. Está elaborado con harina de trigo, levadura, agua y sal para hacer una masa.
Después se cubre con salsa de tomate, queso y otros muchos ingredientes. Finalmente se hornea a alta temperatura en un horno.
Los orígenes de la pizza se encuentra en las antiguas culturas de Egipto, Persia, Grecia y Roma. En el siglo VI a. C., los soldados persas comían un pan plano con queso fundido y dátiles.
En la Antigua Roma, los soldados comían un pan plano al que añadían aceite de oliva y hierbas, algo muy similar a la focaccia que conocemos hoy en día.
Pero la pizza en su versiones más tradicionales, es decir pan, una cubierta de salsa de tomate y queso, procede de la ciudad italiana de Nápoles.
Las primeras referencias a hornos para pizza datan de finales del siglo XVII. A mediados del siglo XVIII, en Nápoles había más de ochenta pizzerías, tal fue el furor de este delicioso plato.
Para hacer una pizza de cannabis existen varias opciones. Se puede añadir la marihuana simplemente triturada, o integrarla a uno de los ingredientes grasos de la receta.
También puede ahorrarse tiempo comprando la base de la pizza. Nosotros optamos por integrar el cannabis en aceite y hacer una masa casera. Apenas nos llevará unos minutos.
Empezamos por la marihuana. Para esta pizza de tamaño familiar calcularemos de 0,5 a 1 gramos de hierba por persona. así que podremos usar 2-3 gramos para 3 personas.
Empezamos haciendo un aceite de cannabis. Calentamos el aceite a 110-115ºC e introducimos los cogollos triturados. Dejamos cocinar durante unos 30 minutos.
A esta temperatura y durante esos 30 minutos, será suficiente para que se produzca la descarboxilación. Es decir que los cannabinoides es estado ácido como el THCA que no es psicoactivo, se convierte en THC que sí lo es.
Colamos para retirar la materia vegetal y reservamos el aceite o mantequilla. Deja que enfríe a temperatura ambiente, no podremos usarla caliente.
En cuanto a las cantidades, puedes usar 100ml de aceite y 20 gramos de cogollos. Así cada 10ml de aceite contendrán los cannabinoides de 2 gramos de marihuana.
En una taza añadimos unos 3 dedos de agua templada y la levadura fresca. Removemos hasta diluirla con una cucharilla.
En otro cuenco añadimos la harina, la sal, una pizca de azúcar, el agua con la levadura disuelta, el aceite cannábico. Y vamos amasando a mano.
Cuando tengamos más o menos todos estos ingredientes integrados en una masa pegajosa, pasamos a una encimera para terminar de amasar a base de músculo.
Cuando más tiempo empleemos amasando la masa de la pizza de cannabis, mejor saldrá. Lo ideal es una masa ligeramente pegajosa y que al estirarse no se rompa.
Lo normal con estas cantidades es que tengas que añadir más harina para conseguir la consistencia adecuada. Si te pasas con la harina deberás añadir un poco más de agua.
Ya tenemos la masa preparada. Pero todavía tiene que levar. Es decir dejar que la levadura haga su trabajo durante una hora aproximadamente.
Hacemos una bola y la cubrimos con un poco de harina para que no se pegue. Metemos dentro del cuenco tapada con un paño limpio y algo húmedo. Y lo dejamos a temperatura ambiente.
Pasado este tiempo habrá multiplicado su tamaño y estará lista para extender y hacer una base fina. Puedes ayudarte de un rodillo o usar las manos.
Encendemos el horno a 115º y dejamos que vaya calentando mientras terminamos de hacer la pizza de cannabis. Extendemos la masa sobre una fuente de horno que previamente untaremos con un poco de aceite.
Añadimos primero la salsa de tomate y el orégano, después el queso y por último el resto de ingredientes. La pizza acepta cualquier ingrediente.
Horneamos durante unos 45-55 minutos y comprobamos con una espátula de cocina que la masa ya está perfectamente cocinada.
Métela por debajo de la masa y simplemente levanta un poco. Cuando empiece a estar crujiente la base, puedes retirar la pizza de cannabis del horno y disfrútala.
DOMINGO 23 DE MAYO A PARTIR DE LAS 19:00H
Hoy os vamos a hablar del famoso Dragón Verde o Green Dragon. Se trata de una de las bebidas de cannabis más conocidas y que cualquier puede hacer en su casa.
Consumir cannabis no sólo consiste en fumarlo o vaporizarlo. Cada vez son más las personas que optan por formas de consumo alternativas.
Desde comestibles, hasta aceites, tinturas e incluso bebidas como es el caso del Dragón Verde que del que nos ocuparemos hoy.
El Dragón Verde es una bebida alcohólica con cannabis que cuenta con muchísimos adeptos. No deja de ser una tintura cannábica, ya que es una simple maceración de la hierba en alcohol.
Los cannabinoides contenidos en los tricomas de los cogollos no son hidrosolubles. Necesitan de un disolvente para poder disolverse. Y el alcohol es uno de ellos.
Las ventajas es que hacer esta bebida no requiere mucho tiempo. Aunque sí lo requiere una buena maceración posterior para conseguir que los cannabinoides se disuelvan en el alcohol.
Antes de meternos de lleno en la elaboración, hablaremos brevemente de la descarboxilación. Se trata de una reacción química en la qué los cannabinoides que contiene la planta, se neutralizan.
En el cannabis verde nos encontramos con THCA, que no es psicoactivo. Cuando de descaboxila, este THCA se convierte en THC, que sí es psicoactivo.
Lo mismo sucede con el CBDA que se convierte en CBD. Y con todos los demás cannabinoides minoritarios, también muy interesantes y que actuarán en sinergía con el THC.
Si te preguntas por qué al fumar la hierba ésta es psicoactiva sin no se ha descarboxilado previamente, es porque durante la combustión se produce autamáticamente esta reacción.
Para descaboxilar la hierba, basta someterla a determinada temperatura durante determinado tiempo. Por ejemplo el método más rápido es meterla en un horno a 110-115ºC durante unos 40 minutos.
De este modo conseguiremos una bebida “espirituosa” de gran potencia. También cabe destacar que cannabinoides en estado ácido como el THCA o el CBDA también tienen propiedades terapéuticas.
Lo primero entonces, será descarboxilar la hierba. Para ello y como hemos mencionado, usaremos el horno.
Extendemos los cogollos sobre una bandeja y la introducimos en el horno que debería ya estar caliente. Recuerda, una temperatura de 110-115ºC.
Por encima de los 120ºC, el THC se degradaría, lo que tampoco nos interesa. Con unos 40 minutos, es suficiente. A mitad de este tiempo, abre el horno y mueve un poco los cogollos con la mano.
En una botella de boca ancha de aproximadamente 1,5 litros de capacidad, introducimos los cogollos. También puedes usar un tarro de cristal.
Si previamente desmenuzamos la hierba con un grinder, acortaremos el proceso de maceración unos días. Ya es decisión de cada uno.
Por último, vertemos en la botella con la hierba el litro de alcohol etílico. Tapamos la botella y agitamos con energía durante unos minutos.
Buscamos un lugar oscuro y con una temperatura suave, y ahí dejamos nuestra botella. Durante las siguientes 2-3 semanas, todos los días agitaremos una o dos veces la botella.
Día a día, veremos como el alcohol irá adquiriendo un color verdoso debido al cannabis. Ya te puedes imaginar a que se debe el nombre de Dragón Verde.
Cuando hayan pasado 2-3 semanas, ya tendremos nuestra bebida lista. Los pequeños tricomas se habrán disuelto en el alcohol.
Con un colador muy fino o un filtro de café, tan sólo nos quedará colar el contenido de la botella para eliminar la materia vegetal y quedarnos sólo con el alcohol con los cannabinoides disueltos.
El resultado será finalmente una tintura de color verde intenso que contiene una gran cantidad de THC lista para consumir.
Se puede conservar en la nevera o cualquier otro lugar fresco y oscuro. Especialmente oscuro, ya que la luz degradaría también el THC.
Típicamente, el Dragón Verde se consume en gotas o cucharadas. Se debe buscar una cantidad adecuada a cada uno, sea para consumo terapéutico o recreativo.
Por su contenido en THC se recomienda siempre precaución. La marihuana ingerida tiene unos efectos retardados en comparación con la marihuana fumada o vaporizada.
En ocasiones hasta pasada una hora larga, no se comienzan a apreciar los efectos. Ingiere una dosis prudencial, y espera al menos dos horas para comprobar qué efectos causará.
Una buena dosis para comenzar serían 0,5 gramos de cannabis por persona. Y este litro de Dragón Verde contendría unas 60 dosis de 0,5 gramos cada una.
También el Green Dragon se puede consumir en una deliciosa bebida refrescante. Mezcla unos 15-20ml de Dragón Verde con tónica o soda en un vaso.
Añade después una cucharada de miel y remueve hasta que se disuelva. Por último añade hielo picado y remueve bien. También puede añadir un refresco en lugar de tónica, zumos de frutas, añadírselo al café, a un helado…
Cocina cannábica. En nuestro post de hoy os hablaremos de los 10 mandamientos de la cocina cannábica. Se trata de una serie de normas que cualquiera debe cumplir cuando se introduce en este maravilloso mundo.
La cocina cannábica es una manera saludable de consumir marihuana. Sea con fines terapéuticos o recreativos, ofrece múltiple posibilidades al poder incorporarla a casi cualquier receta.
Salsas, ensaladas, pastas, carnes, pescados, postres, infusiones, batidos, cócteles… las opciones son prácticamente infinitas, tantas como la imaginación de cada consumidor.
Es además una manera divertida de compartir marihuana con los amigos. Pero siempre con responsabilidad. Es por ello la importancia de esta serie de mandamientos de la cocina cannábica o normas básicas.
El cannabis cuando se ingiere, tarda entre 30 minutos y 2 horas en ser absorbido por el organismo. No tengas prisa por lo tanto en ver aparecer sus efectos, ya que no son instantáneos como cuando se inhala.
Llega a ser muy común entre los novatos ingerir una dosis de cannabis más elevada de lo recomendable al no notar unos efectos inmediatos. En todo caso, espera mínimo 2 horas para volver a ingerir otra dosis.
Es interesante conocer siempre la cantidad de THC que contiene el cannabis que se use. O al menos una aproximación. Toma como referencia el % que proporcione el banco de semillas en la descripción.
La mayoría de recetas que se pueden encontrar tienen como referencia cannabis con un 14-16% de THC. Si es mayor, debe emplearse siempre con menor cantidad o ingerir con mayor prudencia.
Aunque siempre puedes hacer una pequeña prueba, especialmente antes de invitar a cualquiera a disfrutar tu comida, postre o bebida cannábica.
Este es uno de los mandamientos de la cocina cannábica más importantes. La descarboxilación es esencial para la los preparados cannábicos tengan psicoactividad. Si lo que se busca es la psicoactividad, por supuesto.
Bien previamente en el horno o durante la preparación, se debe someter al cannabis a una temperatura de unos 115-120ºC durante 30-40 minutos para que el THCA se transforme en THC.
También es importante no superar los 120ºC, temperatura a la cual el THC comienza a degradarse. En este caso la hierba perdería psicoactividad.
Aunque el cannabis sin descarboxilar también tiene propiedades terapéuticas. En lugar de THCA o el CBDA son tan interesantes como el THC y el CBD.
Etiqueta siempre todo preparado que hagas que incluya cannabis. Lo que menos pretendemos es cualquiera los ingiera sin ser consciente de lo que es.
Y por supuesto, tampoco queremos que por un error alguien lo ingiera en grandes cantidades y por nuestra culpa pase un rato muy desagradable.
El alcohol y la marihuana generalmente no son buenos compañeros. El alcohol tiende a intensificar los efectos del cannabis, pero tanto lo buenos como los malos.
Y cuando decimos combinar nos referimos a un exceso. No pasará nada por acompañar un postre o comida cannábica con un chupito de licor, una copa de vino o una cerveza.
El lugar donde se consume cualquier comida con cannabis, debe ser un lugar cómodo. El escenario o ambiente juega un papel importante en los efectos posteriores, tanto cuando se consume solo o acompañado.
Pon música, enciende la televisión, abre un libro… en definitiva, distráete cómodamente mientras los efectos surgen poco a poco. No tengas prisa y relájate.
Por si acaso, ten siempre a mano algún refresco o bebida azucarada. En caso de que ingieras más dosis de la debida, aumentar los niveles de azúcar en sangre ayudará a contrarrestar el subidón.
Las bebidas de electrolitos son es este caso las más interesantes. También puedes optar por algunos pastelitos, galletas, mazapanes… siempre con un gran contenido en azúcar.
Además, la marihuana ingerida es muy segura aún en dosis excesivas. Cierto es que los efectos pueden llegar a ser muy desagradables cuando se ingiere en exceso. Pero tras un sueño reparador te sentirás como nuevo.
Después de ingerir algún preparado con cannabis, no realices ningún tipo de actividad que entrañe peligro. Y por supuesto no conduzcas ningún tipo de vehículo.
Hazlo por tu seguridad y la de los demás. Será mejor momento para hacer cualquier otro tipo de actividad tranquila y relajante que no ponga en peligro a nadie.
Es otro de los mandamientos de la cocina cannábica más importantes. Aunque sea una obviedad, la cocina con marihuana es sólo para adultos. No basta con etiquetarla, sino que debe mantenerse lejos del alcance de los menores.
Guárdala siempre en zonas altas a las que no puedan acceder menores de ningún modo posible. Incluso opta por instalar un cierre de seguridad infantil si fuese necesario.
Las comidas con cannabis siempre tienen efectos más intensos cuando se ingieren con el estómago vacío. Esto puede jugar a favor cuando se buscan efectos intensos, pero también en contra.
Especialmente cuando no se tiene el hábito de ingerir cannabis, conviene previamente haber comido abundantemente. La misma dosis puede causar diferentes efectos con el estómago vacío que con él lleno.
ás dosis de la debida, aumentar los niveles de azúcar en sangre ayudará a contrarrestar el subidón. Las bebidas de electrolitos son es este caso las más interesantes.
Después de ingerir algún preparado con cannabis, no realices ningún tipo de actividad que entrañe peligro. Y por supuesto no conduzcas ningún tipo de vehículo. Hazlo por tu seguridad y la de los demás. Será mejor momento para hacer cualquier tipo de actividad tranquila y relajante.
Aunque sea una obviedad, la cocina cannábica es sólo para adultos. No basta con etiquetarla, sino que debe mantenerse lejos del alcance de los menores, siempre en zonas altas a las que no puedan acceder de ningún modo posible.
Las comidas con cannabis siempre tienen efectos más intensos cuando se ingieren con el estómago vacío. Esto puede jugar a favor pero también en contra. Especialmente cuando no se tiene el hábito de ingerir cannabis, conviene previamente haber comido sin reparos.
Son los resultados preliminares del estudio con 900 pacientes que forma parte del proyecto Twenty21.
Los resultados preliminares del mayor estudio realizado en Reino Unido con cannabis medicinal, el proyecto Twenty21, fueron presentados esta semana con unas conclusiones prometedoras. El 51% de los 900 pacientes que participaron refirieron un aumento en su salud y calidad de vida y una mayor capacidad para llevar una vida más normal después de tres meses de tratamiento. El estudio también ha encontrado mejoras significativas en la capacidad de los pacientes para manejar afecciones secundarias tales como ansiedad, insomnio y depresión. Otro de los logros es que ahora los pacientes pueden evitar la criminalidad con prescripciones legales.
La mayoría de los participantes son pacientes con enfermedades y dolencias para las cuales el cannabis tiene una aplicación probada, pero que no habían podido acceder a un tratamiento porque en Reino Unido, aunque está regulado, los médicos de la sanidad pública son reacios a recetarlo y tienen que pagar un médico privado para conseguir una receta.
El Twenty21 es un proyecto diseñado para mejorar el acceso de los pacientes al cannabis medicinal a través de acuerdos con proveedores autorizados en Reino Unido, y al mismo tiempo funciona como un estudio observacional diseñado para recopilar una gran cantidad de datos sobre los pacientes del país que pueden beneficiarse del cannabis. Detrás del proyecto está la fundación Drugs Science, fundada por el neurólogo David Nutt, una eminencia de la investigación científica con drogas que aboga por políticas públicas basadas en la ciencia, la salud pública y el respecto a los derechos humanos.
“Nuestros datos muestran que el cannabis recetado legalmente proporciona mejoras clínicamente significativas en la calidad de vida de los pacientes que viven con afecciones como dolor crónico, esclerosis múltiple, síndrome de Tourette, epilepsia y trastorno de estrés postraumático”, dijeron los investigadores.
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